Por décadas, la Copa América ha sido uno de los torneos más célebres del fútbol internacional, y la relación de México con este certamen no es menos fascinante. La historia de México en este concurso de selecciones empieza en 1993, cuando la Confederación de Fútbol Asociación de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) fue por primera vez invitada a sumarse a la competición sudamericana. A través de los años, México ha cosechado éxitos memorables en la Copa América, llegando a ocupar el segundo peldaño del podio en dos ediciones y consiguiendo la medalla de bronce en tres más. Sin embargo, ese anhelado primer lugar aún se mantiene esquivo, y este se ha transformado en el gran objetivo del Tri cada vez que participa en el torneo. México se embarcó en su primer viaje rumbo a la final de Copa América en 1993, alcanzando ese destino como uno de los mejores terceros en la fase de grupos. Tras victorias significativas en cuartos de final y semifinales, la selección mexicana tuvo que aceptar el subcampeonato al caer frente a Argentina.
Historia de México en la Copa América
El equipo azteca volvió a colocarse en la disputa por el título en la edición del 2001, dejando en el camino a rivalidades importantes como las de Chile y Uruguay. Nuevamente, la gloria les fue esquiva al sucumbir ante Colombia en el partido culminante. A pesar de este revés, México se constituyó en el primer equipo de la Concacaf en competir por la copa en dos ocasiones. México continuó destacando en ediciones subsecuentes; en 2004 ganó su grupo y, aunque fue superado por Brasil en cuartos de final, obtuvo el tercer lugar. En 2007, llegó a las semifinales, pero enfrentó una vez más la superioridad de Argentina. No obstante, repitió la hazaña de llevarse la medalla de bronce tras vencer a Venezuela. Estos episodios reflejan una trayectoria destacada de México en la Copa, mostrando que es un equipo competitivo y un referente de la Concacaf. No obstante, es innegable que el título es una aspiración constante en la mira del seleccionado mexicano.
¿Qué es la Copa América?
La Copa América tiene sus raíces ancladas en el año 1916 y es la principal competición de fútbol entre selecciones de América del Sur, aunque a veces reúne a equipos invitados de otras confederaciones como México o Japón. Organizada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), el torneo es reverenciado por exhibir partidos de alto calibre con algunos de los más destacados talentos del deporte rey.
Importancia del Torneo
Considerada una de las competiciones de más prestigio internacional, la Copa América permite demostrar supremacía futbolística en la región sudamericana. Las estrategias tácticas, la habilidad individual y el juego en equipo alcanzan aquí una relevancia particular, lo que la convierte en una cita ineludible para las grandes selecciones del subcontinente.
Equipos Participantes
La Copa América es escenario del encuentro de los más notables equipos de América del Sur y, ocasionalmente, equipos invitados de otras latitudes. La edición de 2019 contó con la interesante inclusión de Qatar y Japón como representantes de la Confederación Asiática de Fútbol. México se ha erigido como una de las selecciones no sudamericanas recurrentes en el torneo, y aunque su participación ha concluido sin primeros puestos, no ha faltado a la cita desde 1993 hasta la edición de 2016. Luego, en 2019, su ausencia fue notada en el terreno de juego.
- 1916 – 1945: La Copa América era un evento exclusivamente sudamericano.
- 1993 – 2007: México se suma como país invitado.
- 2011 – 2016: La selección mexicana participa como miembro activo del torneo.
¿México ha participado en la Copa América?
Sí, México cuenta con 10 participaciones en la Copa América. Desde su impactante debut en 1993, culminando en el subcampeonato, hasta las ediciones más recientes, el equipo mexicano ha protagonizado momentos significativos de la competencia. En 1997 y 2001, México se destacó llegando hasta las semifinales y la final respectivamente, aunque sin poder coronarse. En las ediciones posteriores, siempre ha mostrado ser un contrincante de cuidado, peleando lugares de honor, pero sin conquistar la cima del podio.